¿Sabéis? Me odio a mi mismo en estos instantes.
Supongo que si estáis leyendo esto, es porque os interesa (o porque sois mis amigos y lo hacéis por compromiso, que todo puede ser.) y sea cual sea el motivo por el que estáis aquí, voy a decíroslo.
Me odio por haber caído en lo que la sociedad espera. Me odio porque en realidad sí que me importa lo que los demás piensen de mi, Me odio porque lo peor de todo, es que ahora me siento mejor conmigo mismo...
Aún no sabéis a que viene todo esto, y es simplemente al echo de estar perdiendo peso...
Sí, muchos podéis decir que eso es bueno, que así estaré más sano, que tal, que pascual... ¿Pues sabéis que os digo? Una polla que os comáis. Sí, sí, todo eso queda muy bonito decirlo, queda muy profundo y poco superficial, ¿verdad? pero... ¿de verdad creéis que yo lo pensé cuando empecé a perder peso? Os diré la respuesta: Para nada. Mi único objetivo es ser minimamente atractivo para la sociedad. Ser aceptado físicamente y no ser "el amigo gordo". ¿Y sabéis lo peor de todo? Que de momento lo estoy consiguiendo y me siento feliz por ello.
¿Y qué saco de todo esto? Pues que soy gilipollas. Los que me conozcáis bien, no os sorprenderá esa conclusión, los que no, supongo que tampoco, pero ahí está igualmente.
Atentamente: Harko.
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